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Cada vez es más frecuente que nos toque viajar en avión con nuestra guitarra. Una actividad que comporta cierto riesgo. En este post ofrezco algunos consejos para asegurarte de que tu instrumento llega sano y salvo a destino. Ya te advierto desde el principio de que vas a tener permanentemente la sensación de que las compañías aéreas odian a los músicos. Que no te va a salir barato y que siempre vas a tener que andar con mil ojos para que no haya problemas. Es así de triste, por muchas caras sonrientes que aparezcan en las webs de las aerolíneas cuanto tienen que hablar de este tema. En esas webs, además, la información es muy dispersa y, en no pocos casos, confusa o incompleta.

Así que aquí te ofrezco un pequeño manual de supervivencia para que tu viaje en avión afecte lo menos posible a tu bolsillo, a tu guitarra… y a tu salud cardiovascular.

Viaja siempre con estuche rígido

Aunque pagues un asiento extra, nunca está de más que, por si acaso, viajes con la guitarra en un estuche rígido. No sería la primera vez que obligan a un pasajero a meter la guitarra en bodega, a pesar de que haya pagado un asiento para el instrumento. Como digo, mi experiencia con las compañías aéreas es que existe un altísimo grado de aleatoriedad sobre lo que permiten subir a cabina y lo que no. Quiero decir que hasta que no estás sentado en tu asiento con tu guitarra en cabina y el avión ya en movimiento, siempre va a existir el peligro de que hagan con tu guitarra lo que les dé la gana.

Investiga qué te permite hacer cada compañía aérea

Las aerolíneas tienen por lo general un comportamiento bastante errático en cuanto se refiere al tratamiento de los instrumentos musicales. No hay una norma general que se pueda aplicar. Eso te va a obligar a investigar en cada caso qué es lo mejor para tu viaje en concreto. Normalmente en sus webs deberían explicar las opciones disponibles. Sin embargo, mi experiencia es que en muchos casos te tocará bucear un poco hasta tener claro qué va a pasar con tu instrumento.

No está de más que, a la hora de hacer la reserva, avises de alguna forma a la compañía de que vas a viajar con un carísimo instrumento musical. Incluso que contrates un seguro de equipaje. Cualquier manera que se te ocurra de «meter miedo» a la aerolínea sobre tu equipaje a ellos les debería poner en guardia sobre cómo tratarlo. Es un poco iluso, sí, pero no está de más que por todos los medios a tu alcance la compañía con la que viajas esté sobre aviso de lo que llevas dentro del estuche.

El extra seat, la opción más segura (y la más cara)

Si la compañía con la que viajas te da esta opción, sin duda es la más segura. Viajarás con tu instrumento en todo momento contigo, en un asiento que estará reservado para él. Lo malo es que esta opción te obliga a pagar un billete extra. Si viajas con un solo instrumento, generalmente no hay problema, pero, ¿qué pasa si en lugar de una guitarra tienes que llevarte dos, o más? Tampoco es tan extraño. Aquí es fácil que te pongan más pegas para meter más de un instrumento en cabina.

Considerar la guitarra como equipaje de mano

Como sabes, casi todas las compañías aéreas te permiten subir a cabina con un equipaje de mano, además de lo que llaman un «complemento personal». Este equipaje de mano está habitualmente muy limitado en cuanto a peso y dimensiones. Por mi experiencia, solo Iberia te permite abiertamente que consideres la guitarra como equipaje de mano, pero vas a tener que aguantar morros y malas caras hasta el último momento ya que, estrictamente hablando, lo que consideran una guitarra estándar en su web es una guitarra sin estuche. Concretamente, dice en la web de Iberia que el tamaño máximo permitido para un instrumento en cabina son 30x120x38 cm. Explícitamente dicen que ese es el «tamaño de una guitarra estándar». No sé a quién le preguntaron esas medidas, pero una guitarra clásica estándar —insisto, sin considerar el tamaño del estuche—, es un poquito más grande.

Como digo, mi experiencia viajando con Iberia es que es posible meter tu guitarra en cabina como equipaje de mano —yo lo conseguí una vez—, pero en todo momento, hasta que no estás sentado en tu asiento, con tu guitarra bien metida en el porta-equipajes de cabina, vas a tener la sensación de que te van a enviar la guitarra a bodega. Cada miembro de la tripulación con quien te cruces te va a mirar raro o directamente mal. Cuando les digas que en su web lo permite y que llevas dentro «una guitarra estándar», arrugarán el hocico y te darán la razón a regañadientes. Siempre te expones, como digo, a que les dé igual y te manden la guitarra a bodega. Razón por la que deberías viajar con la guitarra en un estuche rígido.

Cómo facturar tu guitarra para que viaje en la bodega del avión

La opción que más miedo da es la de enviar la guitarra a la bodega (insisto, metida en un estuche rígido). Si te toca hacerlo, asegúrate de que el estuche está bien cerrado. Si el estuche tiene llave, utilízala. Si no, asegúrate de que no se abre utilizando cinta de embalar, y no escatimes en pegatinas que indiquen que lo que viaja dentro de esa caja es muy frágil. Si puedes hacer un seguro con declaración de valor, hazlo: que todo el mundo sepa que la broma les saldrá por un pico en caso de rotura, pérdida, etc.

Dicho esto, si vas a enviar la guitarra a bodega, lo que hay que hacer para asegurarnos de que todo llega correctamente es que facturen la guitarra como equipaje especial. Las compañías aéreas generalmente tienen un tratamiento específico para material deportivo, material de dimensiones no-estándar, sillas de bebés… e instrumentos musicales.

Estos equipajes especiales no van por la cinta transportadora del resto de equipajes, y en algunos casos, los operarios de las compañías suben este equipaje por una cinta diferente, que teóricamente tratan con más cuidado. Es bien conocida la canción United breaks guitars, con la que el músico Dave Carroll denunció el tratamiento lamentable de su preciosa guitarra Taylor, que llegó rota a destino, ante la total indiferencia de la compañía.

Al tratar tu guitarra como equipaje especial, minimizas un poco el riesgo de que el instrumento sufra caídas y malos tratos. Cuando ves desaparecer tu preciado instrumento por la cinta siempre te va a dar un poco de congoja, porque la perderás de vista hasta que llegues a destino. En fin, te toca respirar hondo y rezar para que no haya problemas. En mi experiencia no suele haberlos, pero siempre da un pelín de miedo. Obviamente, al facturar la guitarra como equipaje especial, pagarás un extra, cuyo importe dependerá de la compañía.

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