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Iniciamos aquí una serie de artículos con recomendaciones sencillas para viajar con tu guitarra clásica. Hoy nos centraremos en el caso de que viajes en coche. Es evidente que la época en que nos ha tocado vivir es un tiempo en el que los viajes son mucho más frecuentes y largos. Tener en mente algunas cosas puede ayudarte a que tu instrumento esté alejado de los peligros de andar de acá para allá.
El estuche adecuado
Dentro del coche, es posible que la guitarra se mueva, y evitar cualquier susto por un golpe tonto pasa por transportarla en un estuche adecuado. Así que lo primero que hay que pensar es qué estuche es mejor para los viajes en coche. Pues «cortita y al pie»: utiliza un estuche rígido. O, al menos un estuche de foam rígido, como este. Si no quieres o no tienes uno de estos, al menos que sea una funda con un acolchado lo más duro posible. Las fundas sin acolchar solo protegerán tu instrumento de las rayaduras y el agua, pero no de los golpes: mejor evitarlas.
Dónde colocar la guitarra en el coche
La siguiente cuestión es dónde ubicar la guitarra dentro del coche. Lo ideal sería encima del resto del equipaje, evitando que quede aprisionada por otros elementos, sobre todo si no tenemos un estuche rígido. Estuches como los que fabrica Hiscox pueden serte útiles para meter la guitarra donde más te convenga sin el miedo a que sufra por golpes o aprisionamientos, pero en cualquier caso, conviene tener cuidado. Si viajas solo o con los asientos traseros libres, una buena opción es situar la guitarra en el suelo, entre las dos hileras de asientos, pero esto no siempre es posible.
Cuidado con el calor
El calor intenso es un enemigo mortal de las guitarras, y mucho más si el cambio de temperatura se produce de manera brusca. Dicho de forma simplista, una guitarra es un conjunto de maderas muy finas ensambladas entre sí con cola. Ambas cosas —la madera y la cola— son muy sensibles a los cambios de temperatura y humedad. Para que veas lo sensibles que son ambas cosas, te diré que para desensamblar una guitarra lo que se hace es precisamente aplicar calor y humedad. Porque con calor y humedad, la madera se deforma y la cola pierde sus propiedades adhesivas.
Y, viajando en coche, es un riesgo que hay que tener muy en cuenta, especialmente en los meses calurosos. El interior de un coche al sol puede superar los 70 grados centígrados y más de un 80 por ciento de humedad en muy poco tiempo. Como ves, es una forma muy sencilla de desensamblar tu guitarra. A mi taller han llegado instrumentos con el puente despegado, con rajaduras y deformaciones increíbles, barnices echados a perder y averías bastante horribles causadas por haber dejado la guitarra dentro del coche en un día de calor.
Así que el consejo es sencillo. No dejes tu guitarra dentro del coche en los meses calurosos. Si tienes que pararte a descansar o repostar más de 5 minutos, llévate tu guitarra contigo. Si el calor es intenso, evita dejarla también al sol, incluso fuera del coche. La recomendación es, por tanto, que no obligues a tu guitarra a exponerse a condiciones ambientales «no humanas».
Mantener la guitarra a un nivel de humedad constante
Si el exceso de calor es un enemigo de nuestros instrumentos, los cambios bruscos de humedad tampoco son una broma. Pueden ocasionar rajaduras o deformaciones en nuestras guitarras. Y viajar supone con frecuencia cambios muy rápidos en el nivel de humedad ambiental. Los aparatos de aire acondicionado tampoco son una ayuda, pues tienden a secar el ambiente en exceso. Y además, lógicamente, el clima de los lugares por los que pasamos a lo largo de un viaje puede ser muy diferente. Así que conviene que mantengas tu instrumento en un nivel de humedad lo más constante posible.
Una guitarra bien construida puede soportar prácticamente cualquier nivel de humedad, pero es necesario que ese cambio no se produzca de manera súbita, sobre todo cuando pasamos de un ambiente húmedo a otro seco, que es donde se podrían producir rajaduras. Esto es así porque la madera, al pasar a un ambiente más seco, pierde humedad y se «encoge». Este fenómeno es el que causa las típicas rajas en la tapa, que a veces no son sencillas de reparar.
Así que una buena solución es instalar dentro del estuche algo que mantenga la humedad constante en el interior. Lo mejor que he probado es el sistema Humidipack de D’Addario (te dejo aquí un enlace a Amazon), que asegura que la guitarra se mantiene en unos niveles de humedad de en torno al 45-55%, tanto si viajas a un sitio húmedo, como si lo haces a uno más seco.
Otro consejo relacionado con este es que no saques tu guitarra del estuche de manera brusca. Te va a sonar un poco exagerado, pero si tu guitarra es de cierto valor, tomar esta medida puede prevenirte de averías muy costosas. Así que, cuando llegues a tu destino y quieras sacar la guitarra, déjala primero con el estuche cerrado un rato. Un rato largo, diría una hora aproximadamente. Dará tiempo a que la temperatura interior del estuche se armonice con la exterior. Después, abre un poco el estuche de la guitarra: en estuches rígidos, suelta los cierres y deja una rendija por la que se pueda colar el aire. Déjala otro ratito. Otra hora, por ejemplo. Esto dará opción a que se equilibren los niveles de humedad interno y externo. Una vez que hayas hecho esto, ya podrás sacar la guitarra del estuche, con cierta seguridad de que no le pasará nada. Vas a notar cómo influyen los cambios de humedad en el sonido —eso siempre—, pero al menos la guitarra estará a salvo de averías poco deseables.
Recomendaciones de seguridad
Una guitarra artesanal es algo de mucho valor: no hace falta que te lo demuestre. Puede ser un elemento muy jugoso para un robo. Así que no es buena idea dejar el instrumento en el coche, a la vista de todo el mundo y es buena idea tenerla siempre a la vista en las paradas que hagamos a lo largo del viaje.
Otro riesgo viajando en coche son las pérdidas. Así que, para salir al paso de olvidos tontos, recomiendo etiquetar la guitarra con nuestro nombre y teléfono. No sería la primera vez que un guitarrista se olvida su preciosa guitarra en el restaurante de una estación de servicio en la que se detuvo a comer, y una sencilla etiqueta facilitó enormemente el «reencuentro» entre el guitarrista y su instrumento. En este enlace de Amazon tienes un montón de opciones para resolver esta cuestión.
Conclusión
Como ves, viajar en coche con tu guitarra es posible, pero hay que tener en cuenta algunas cosas para evitar sustos y averías. Espero estos sencillos consejos te quiten el miedo a viajar con tu guitarra por esos mundos de Dios. Si tienes cualquier duda, no dejes de escribirme o deja tu pregunta en los comentarios.